Esa mujer fue Dianne Parr a la que la olvidaron anestesiar en una operación para quitarla dos dientes, se supone que debería a ver recibido anestesia y otro medicamento para paralizarla, pero se les olvidó darla lo primero, por lo que estuvo toda la operación sintiendo el dolor y sin poder gritar o mover alguna parte del cuerpo para que los médicos se dieran cuenta de que sentía el dolor.
Tan pronto cómo pasó el efecto del medicamento ella gritó: "no sé lo que usted piensa que estaba haciendo, pero a estado despierta toda la operación, una operación de sólo 45 minutos pero que se la hizo eterno.
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