jueves, 30 de julio de 2015

Mito cántabro. El Ojancano

Ya que soy de Cantabria y esto me parece bastante interesante quisiera dedicar una entrada a un monstruo legendario cántabro. El Ojancano.
A continuación escribiré la historia sacada de un libro que tenía mi abuela. Posdata: está escrito en cántabro.

El mito masculino, fiero, malhumorado, gigantesco, siempre pensando en destruir cabañas, en derrumbar árboles y puentes, en entorpecer las camberas y los senderos con grandes peñascos.
El ojáncano es la antítesis de la bondad; de la dulzura, de la misericordia de la anjana. Donde éste pone afecto, recompensa, humildad, regalo, pone el ojáncano rencor, castigo, soberbia, hurto. La anjana es como un símbolo de amabilidad, de virtud, de caridades profundas, incansables. El ojáncano es como un símbolo del odio, del enfado perpetuo, de todo lo que destruye, amenaza, desgarra y maltrata. Siempre con los malos pensamientos, con el agravio de sus fuerzas, con su instinto que "paez hechu de espinos, de lobu, de cuernu, de raposa." El ojáncano se alegra de la aflicción de los pastores enamorados, de los incendios que destruyen los bosques, de los ríos que inundan las mieses. Todos los percances que hacen sufrir a los hombre son para él motivo de alborozo.
Hay cierta coincidencia en la descripción del rostro, que es redondo, perfectamente redondo, de color amarillento con unas barbas largas, bermejas como una llama. Los cabellos son de un rojo menos intenso. Su único ojo en mitad de la frente, relumbra como una candela y está rodeado de unas arrugas pálidas con unos puntitos azules.
" Muy altu y muy delgau con los brazos gordos", se viste de una especie de zamarrón pardo de un lienzo desconocido.

Si quieren saber algo más sobre los mitos y leyendas de Cantabria pueden visitar mi blog: www.mitosyleyendasdecantabria.blogspot.com

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